EROS EN AMARILLO
Su aliento huele a cítricos, cítricos equivalen
a estreñimiento, la
llama (gusta hacerla
reír) su media naranja,
media naranja equivale
a meteorismo.
A sus pechos jóvenes llamó mandarinas, hogaño
octogenarios toronjas
secas, caen por su
propio peso, carne
engurruñad.
En su casa de Isla de Pinos, olor amarillo resalta
la fachada gualda, tres
muebles roídos por
alimañas amarillentas,
polvillo a lo largo de la
base de sus muebles,
hormigas color espigas
de trigo recién recogidas,
sobre un suelo de tablas
crujiente se estimulan
con los dedos: él
manchados de nicotina,
ella arrugados de fregotear
cacharros olorosos a
carroña, se juntan
evidente lo que se
levanta apenas se
sostiene. Torres
huelen a ictericia,
a un lado estandartes
chinos (vencedores)
a otro lado estandartes
rojos (perdedores) se
derrumban amarillos.
A la tarde pasean del brazo por una playa
plagada de cangrejos
de río, ojos negros,
pinzas que sueltan
la presa, no tienen
fuerzas, él boquiabierto,
ella abre, acerca la boca:
dos alientos, un mismo
amarillo. Ares la ve venir,
Afrodita se acalora, vedlos
a punto de besarse,
resudados, se alejan
tras darse lengua,
chupetearse a cal
y canto en boca
cerrada donde no
entran moscas, olor,
sabor a cítrico baldío.
EROS EN MORADO
Redomas, matraces, fuego uterino, eximidlo
que no puede con tanto,
una cosa es la noche de
bodas, combate, salir
empatados, otra el resto
de una vida, salir ileso.
Se revuelca, él se rinde, se sienta en cueros a
escribir, su escritorio
bulle, ella se le acerca
por detrás, sus carnes
bullen, le sopla aire
tibio al oído, él procede
engarzando palabras,
quince minutos de
tregua, los mismos
quince minutos que
ella, casi núbil, la
Novia del día a día
gimotea: el novio
por su lado esgrime
(alza versos clásicos,
paremiologías) el
diccionario.
Años más tarde, pareja (conglomerado) inmortal,
sin descendencia, la
mujer saciada hace
años de escasez, el
marido a reventar de
escritura, comprensivo
la besa en la frente, a
ella se le erizan los
pezones viéndolo
retocar un poema
de ayer, a sus
espaldas (ventosa)
lo toca, toquetea,
retoca en carne viva,
oro blanco, ella
(deseo venial) él
(la vida es sueño).